Roger Iziga-Goicochea , Hozmara Rocío Torres-Acosta
La actividad petrolera ha estado muy ligada a la amazonía peruana desde hace muchos años atrás. En 1938, comienza la explotación del petróleo en el departamento de Loreto, y desde entonces se ha seguido codiciando este recurso natural no renovable con el propósito de satisfacer su demanda en el mercado, tanto a nivel nacional como mundial. Dicho recurso es sinónimo de muchísimo dinero; el "oro negro" ha tenido la virtud de enriquecer a aquellas empresas que han invertido en exploración, extracción y procesamiento del petróleo y sus derivados. Y la economía mundial a diseñado su matriz energética entorno a él. Sin embargo, el uso del petróleo por el hombre tiene una historia negra que contar, más negra que el color mismo de la sustancia, o que la conciencia de los grandes empresarios que la explotan.
Una de esas historias tiene que ver con la destrucción de los bosques amazónicos loretanos. No solo se trata de la deforestación que se produce en los lotes de exploración, o extracción de crudo. Si nos refiriéramos estrictamente a los árboles, caeríamos en la tentación de decir que miles, cientos de miles o millones de estos gigantes de madera son los que han sucumbido bajo las armas asesinas, hachas o motosierras, de sus victimarios humanos. Al hablar del bosque talado, también hay que hablar de las millones de especies que sucumbieron al apetito voraz de los petroleros. La vida se quedo sin un lugar donde poder nacer, crecer, reproducirse, y morir en paz, cumpliendo inexorablemente las leyes sabias que gobiernan el mundo natural. Allí están las inumerables aves, o mamíferos como monos, felinos, marsupiales, roedores, o anfibios, o réptiles, o los millones de insectos y de plantas que tuvieron que desaparecer para que el petroleo fluyera del subsuelo. Y también los hombres y mujeres de historias milenarias, de culturas ancestrales, las comunidades nativas; ellos también sufrieron su propio holocausto, su propia diáspora, una historia casi nunca recordada y contada al resto de la humanidad.
El hombre en busca del "oro negro" se comió al bosque y se devoró todo lo que en él vivia. Y de paso, en su desmedida ambición por maximizar las ganancias, alcanzó a dañar aquello que estaba junto al bosque en convivencia perfecta, los ríos y lagunas llenos de peces, llenos de vida.
El petroleo fluyó, y comenzó la fiesta de los millones de dólares, y la ilusión de la prosperidad. Se habló de desarrollo, de mejor educación, de mejores oportunidades, de una mejor vida. Lo que no se dijo es que todo eso sería para unos pocos que no viven en el bosque sino en las grandes ciudades muy lejos de allí. La prosperidad es un espejismo, una ficción para la selva, los animales, las plantas y los hombres nativos. No hay desarrollo, no hay educación, no hay oportunidades, no hay una vida mejor. Lo que si prosperó fue la indiferencia, la soledad. Lo que si hubo fue veneno y enfermedad.
Hoy, después de tanto tiempo los pueblos indígenas hablan y pueden ser escuchados. Hoy el hombre y el bosque hablan, los ríos y lagunas claman.
32 comunidades nativas ubicadas en el distrito de Trompeteros en Loreto denuncian que la actividad petrolera las ha hundido en la más profunda pobreza y contaminación que afecta la salud de cerca de cinco mil indígenas. "La contaminación química está afectando nuestras aguas y tierras. Venimos para que el Gobierno escuche nuestra voz de protesta y nos dé una solución. Ya basta de ensuciarnos el agua. Aquí nunca llegó el desarrollo. Hay extrema pobreza...", dice Esteban Torres Carijano. Las comunidades se alimentan del río contaminado y de los animales que beben sus aguas, lo cual causa enfermedades entre la población. "Son frecuentes los dolores estomacales e incluso cirrosis por el alto nivel de plomo y cadmio, y Pluspetrol es el responsable desde los últimos años. Hemos conversado con ellos, pero igual siguen contaminando. Arrojan aguas servidas al río. Lamentablemente por parte del Estado no hay ni siquiera una inmediata solución, ni un compromiso. Nadie se quiere responsabilizar" señala Henderson Rengifo, (Diario La República, Agosto del 2007).
Imagen tomada de: http://www.gfbv.it/2c-stampa/2006/060905-ecuador.jpg
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