domingo, 25 de marzo de 2012

Un Estado fuerte

Es necesario que en la Nueva Républica del Perú y en las otras Nuevas Repúblicas americanas, el protagonismo del Estado-Nación adquiera la verdadera dimensión que necesitan nuestras sociedades. Necesitamos un Estado fuerte, al servicio de todos los ciudadanos y no solo al de unos pocos privilegiados. Necesitamos un Estado que actue como un poderoso árbitro en la regulación de de las actividades económicas, propiciando y priorizando el desarrollo de la capacidad de generar riqueza al nivel local, regional y nacional, no en base a la venta de los recursos naturales o los activos de la nación, sino sobre todo en base a la transformación local de nuestros recursos y la adición a éstos de valor agregado. Necesitamos un Estado que de una vez por todas se de cuenta de que su mayor riqueza radica en cada hombre y mujer que conforman la nación, y que es allí en donde se debe poner la mayor atención para que tengamos ciudadanos bien alimentados, saludables y con una educación que sea el motor para la generación de cultura en todas sus manifestaciones pero fundamentalmente que impulsen el desarrollo del conocimiento científico y tecnológico. Necesitamos un Estado que no tolere la corrupción y que cuando se vea enfrentada a ella no tenga el mas mínimo temor ni el menor escrúpulo en enfrentarla y sancionarla con la mayor rigurosidad. Necesitamos un Estado que le abra las puertas a la inversión extranjera y que ésta sea socia del capital nacional, y que en ésta asociación de mutuo beneficio no primen los intereses de los extranjeros sobre los nacionales. Necesitamos inversionistas que no pretenda adueñarse de las riquezas naturales; a ese tipo de inversionistas que van en contra de los interes de la nación, y que solo buscan el máximo beneficio con el mínimo costo, sin considerar los problemas sociales y ambientales que pueden generar no se les debe dar la bienvenida, asi como no se les debe dar la bienvenida a los rentistas y especuladores financieros que quieren hacer negocios. La Nueva República necesita en lo económico socios, no dueños, ni tutores económicos ni mucho menos expoliadores. Ya va siendo hora de que se articule un proyecto político serio que plasme las aspiraciones de la Nueva República del Perú, con objetivos nacionales bien definidos y con la firme convicción de que el Perú debe ser una nación lider en el pacífico sur, una nación grande y poderosa. No nos merecemos menos.