sábado, 5 de enero de 2008

UNA HISTORIA COMUN EN LA DINAMICA DEL DESARROLLO I


Roger Iziga-Goicochea, Hozmara Rocío Torres Acosta

El desarrollo de las actividades económicas de un país no solo tienen repercusiones en el ámbito estrictamente económico, por ejemplo como en el caso del Producto Interno Bruto (PIB), los ingresos fiscales, el ingreso per capita, la generación de empleo, el pago de impuestos, etc. Las repercusiones de las actividades económicas también se dan en el ámbito social y tienen que ver el nivel de bienestar que alcanza la población y la calidad de vida en términos generales. Además, hay que añadir que los aspectos económicos y sociales tienen un impacto en los aspectos ambientales, como en el caso del uso y la degradación de los recursos y ecosistemas naturales, la contaminacion ambiental, etc.

Inevitablemente, las actividades económicas generan costos que tienen que ser asumidos por la sociedad en su conjunto, lo que implica la generación de algún tipo de gasto económico-social. Aspectos como el deterioro de la salud, la disminución en la productividad, el deterioro o pérdida de recursos naturales, etc, son elementos de esta realidad que están indudablemente vinculados, y que cada vez están siendo considerados por las sociedades que pretenden establecer algun tipo de modelo de desarrollo responsable y sostenible.

Existe una creciente documentación que da cuenta de los efectos negativos de la contaminación ambiental en la salud de la población, el deterioro y pérdida de los recursos naturales, y la disminución de la productividad. Sin embargo, estas distorsiones del proceso de desarrollo no son incluidas y cuantificadas en las prácticas contables del sector público y privado, trayendo como consecuencia una subestimación de estas variables en el ánalisis final del proceso de desarrollo.

La experiencia de los países desarrollados nos enseña que para alcanzar los niveles de prosperidad y bienestar del que gozán en la actualidad se ha tenido que generar en algun punto del pasado un aumento del deterioro ambiental y la contaminación, lo que a traído como cnesecuencia la pérdida de calidad de vida y bienestar en algún sector de la sociedad, en el corto o mediano plazo. Los países en vías de desarrollo han interiorizado la idea de que para establecer las bases de su propio desarrollo tienen que sacrificar la calidad y salud del ambiente, y en alguna medida el bienestar de la sociedad en favor del crecimiento económico. De esta manera se despliega la estrategia que establece desarrollarse ahora y limpiar después.

Si bien es cierto que el proceso de desarrollo implica el asumir costos en los ámbitos económico, social y ambiental, lo ideal sería que éstos sea repartidos equitativamente entre todos los sectores sociales que estan empeñados en sacar adelante el proyecto de desarrollo de un país. Lamentablemente, los mayores costos en los social y ambiental, los asumen principalmente los sectores sociales más desprotegidos por el Estado, llamese trabajadores, obreros, campesinos, desempleados, etc, quienes ven disminuidos notoriamente su bienestar y calidad de vida en favor de un sector minoritario de la sociedad conformado principalmente por los sectores más privilegiados tales como los empresarios, funcionarios del alto nivel, etc, quienes conforman en la práctica una élite económica, política y social privilegiada.

Tomando el ejemplo del desarrollo espectacular que China ha alcanzado en los últimos años, Erwin Marquit señala en su artículo titulado "La lucha ideológica y la economía socialista de mercado" que, el estándar promedio de vida en China se está duplicando cada diez años aunque de manera muy desigual entre los diferentes segmentos de la población. Marquit afirma que la educación primaria universal es casi una realidad, mientras la educación secundaria universal es la próxima meta; para el año 2010 se espera establecer la cobertura de seguro médico para toda la población, la construcción de viviendas avanza a pasos sin precedentes , el nivel de ingresos en zonas rurales a crecido a un nivel más rápido que en las zonas urbanas. Sin embargo, a pesar de estos logros, la privatización de la industria y el énfasis en las actividades económicas dentro de una economía de mercado han engendrado desigualdades sociales dramáticas e inesperadas. Se reportan casos de maltrato a los trabajadores, accidentes industriales, contaminación del aire, tierra y agua, hechos que tienen que ver en muchos casos con violaciones a las leyes de derechos laborales, salubridad, seguridad ocupacional y proteccion ambiental.

Este ejemplo del caso Chino nos sirve para señalar que cualquier modelo de desarrollo no solamente debe considerar las variables económicas como las más importantes, sino que además es imprescindible realizar un esfuerzo significativo en el campo social y ambiental para garantizar un desarrollo armonioso y equitativo que repercuta notoria y efectivamente en beneficio de la sociedad en su conjunto. Sin embargo, cuando no existe un ente regulador eficiente como en el caso del Estado, que permita a través de su marco legal la armonización de las variables económicas, sociales y ambientales dentro de un país, se favorece la aparición de grandes distorsiones en el proceso de desarrollo que terminan beneficiando enormemente a los sectores económicos y sociales mas privilegiados que representan a una minoría de la población total, en desmedro de los sectores mayoritariamente más desprotegidos de la sociedad.


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