Lo creíble es lo que puede o merece ser creído. Y creer significa dar por cierta una cosa que el entendimiento no alcanza o que no está comprobada o demostrada. Para creer hay que pensar, juzgar, sospechar una cosa o estar persuadido de ella, y hay que tenerla por verosímil, o probable.
Si las personas no creen entonces dudan, desconfían y niegan aquello que otros dan por cierto.
Si tomamos como base estas definiciones podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que estamos atravesando por una crisis de credibilidad. El engaño y la mentira cunden por todos lados con el único propósito de ocultar la realidad y negar la verdad de los hechos. La estrategia para el engaño es simple. Hay que dirigir la atención del publico no hacia el hecho relevante e importante, hay que distraerlo con lo insignificante, de tal manera que, eso sin importancia parezca lo fundamental. Hay que disfrazar la realidad, maquillarla, retocarla, para que lo feo parezca bonito y lo horrendo sea algo hermoso. Lo negro tiene que ser blanco, y lo blanco negro.
Y la mayoría de medios de comunicación se han convertido en grandes "factorías del engaño".
Si pensamos que las empresas que se dedican al negocio de la comunicación, en radio, televisión, prensa escrita e internet, tienen en sus manos la capacidad de mostrar la realidad, no necesariamente tal cual es, sino de acuerdo a sus intereses, y ha esto le añadimos la crisis economica por la que atraviesa la sociedad, entoces estamos hablando de una combinacion de factores que hacen muy improbable la transparencia en el manejo de la información, y de lo que realmente es importante como noticia e información desde el punto de vista economico, social y ambiental.
Muchos medios de comunicación, y entre ellos la prensa escrita diaria de pago se hallan al borde del precipicio y buscan desesperadamente fórmulas para sobrevivir. La crisis económica global provoca una mengua de la publicidad y una restricción del crédito, lo que ha venido a acrecentar los males estructurales del sector: mercantilización de la información, adicción a la publicidad, pérdida de credibilidad, bajón de suscriptores, competencia de la prensa gratuita, envejecimiento de los lectores, etc. En América Latina se añaden a esto las reformas emprendidas por algunos Gobiernos (Argentina, Ecuador, Bolivia, Venezuela) contra los "latifundios mediáticos" de grupos privados en situación de monopolio (1).
El desplome de la credibilidad de los medios esta relacionado con la obsesión actual por la inmediatez, lo que incrementa el riesgo de difundir engaños. La defensa irrestricta de la estrategia de la empresa como línea editorial conduce a imponer una lectura subjetiva, arbitraria y partidaria de la información (1).
Las persona necesitan saber que pueden disponer de información fiable y de calidad ¿dónde buscar la verdad? Una respuesta podría ser en la prensa realmente independiente y crítica (1).
Y otra pregunta importante es ¿dónde están los medios críticos e independientes?
(1) Ramonet I. Le Monde Diplomatique en Español. Octubre 2009. Numero 168